-¡Truco o trato!- gritaron los niños a coro.
Sujetaban en alto sus cestitas, esperando que yo las llenara de caramelos. Y mientras lo hacía los miré detenidamente. Iban disfrazados, la mayoría con sus rostros cubiertos de caretas de demonios y brujas, alguna hadita, la típica sábana con dos agujeros para hacer de fantasma y un sorprendente trabajado disfraz de Edward, con una camisa azul bajo un abrigo gris, con el pelo engominado y unos dientes de vampiro falsos, que hacía que en un niño de apenas seis años resultara muy gracioso y realmente encantador.
Los niños no dejaban de aparecer por la casa de Valerie Clark, y cada vez en mayor número. Ella los había recibido con todo el entusiasmo del mundo pero al abrir la puerta por vigésima vez en apenas una hora, el entusiasmo que antes había tenido se había esfumado por completo. Y es que su noche de Halloween consistía en ponerse el pijama, leer un rato y hundir su cabeza en el cuenco de palomitas mientras veía una película. Una película de miedo hubiese dado algún sentido a la noche, pero sola, sin sus padres ni su hermana, caminar por la casa a oscuras era una idea demasiado tenebrosa.
Valerie cerró, y no había llegado a cruzar el pasillo cuando volvieron a llamar. Suspiró y caminó hasta la puerta arrastrando sus zapatillas de conejitos por el suelo. Su sorpresa fue tan grande que se esfumó todo el enfado o aburrimiento que hubiese podido tener y por primera vez, agradeció estar sola en casa.
Estaba apoyado en el marco de la puerta, mirándola de arriba abajo con una sonrisita burlona.
–Bonito disfraz –dijo. Y las mejillas de Valerie se encendieron. Cuánto deseaba no llevar puesto el pijama de conejitos que su madre le regaló por Navidad el año pasado. Pero no dejó que viese lo avergonzada que estaba e intentó que su voz sonara lo más seria posible.
–¿Qué quieres, Will? ¿Caramelos?
–Sí… ¿Truco…–comenzó a preguntar, intensificando su burlona sonrisa. Se acercó hacia Valerie, con su rostro peligrosamente cercano al de ella–… o beso?
La joven tardó en reaccionar un momento. Pero se giró rápidamente, agarró un pequeño puñado de caramelos del bol de la entrada y los puso en la boca entreabierta del chico.
–Toma. Feliz Halloween –contestó, cerrando la puerta. Pero Will fue rápido y puso el pie entre medio mientras iba escupiendo los caramelos.
–Espera –dijo y empujó la puerta– ¿Están tus padres?
–No –respondió ella, asustándose repentinamente ante su pregunta.
–¿Qué tienes planeado para esta noche?
–Nada contigo, si es a lo que te refieres.
–¿Vas a quedarte encerrada en casa? –Siguió, haciendo caso omiso de la respuesta de Valerie– ¿De verdad?
–¿Algún problema?
–No puedes quedarte en casa.
–¿Y quién me lo va a prohibir?
–No se puede pasar la noche de Halloween, en casa, sola… Creo que es así como empiezan todas las películas de miedo.
–No se puede pasar la noche de Halloween, en casa, sola… Creo que es así como empiezan todas las películas de miedo.
–¿Y… –dijo Valerie, apartándose uno de los rizos castaños de su cara– Qué me propones tú?
–Ven conmigo a la fiesta de Sam.
La convicción siempre había sido el punto fuerte de Will, pero vio que con Valerie iba a tener que esforzarse más, pues antes de que pudiese continuar ya negaba con la cabeza. Las fiestas de Sam Hortew nunca se habían considerado muy legales. Valerie nunca había asistido a ninguna, principalmente porque nunca había recibido invitación, pero le habían contado muchas historias. Las anécdotas pululaban por el instituto semanas después pasada la fiesta, como “La historia del jacuzzi”, en el que se mezclaron tres chicas, dos botellas de vodka y una cámara de fotos o “La de los brownies y la espuma de afeitar”.
–No estoy invitada.
–Acabo de hacerlo.
–Gracias, pero paso –y comenzó a cerrar lentamente la puerta.
–¡Diez minutos! –Insistió Will– Dame diez minutos y si te aburres te acompaño a casa. Aunque te advierto que las fiestas de Sam son de todo menos aburridas.
La puerta se detuvo en su camino y volvió a abrirse dos segundos después, apareciendo en el umbral una Valerie un poco más dispuesta a dejarse convencer.
La puerta se detuvo en su camino y volvió a abrirse dos segundos después, apareciendo en el umbral una Valerie un poco más dispuesta a dejarse convencer.
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Primera historieta de Halloween que como podéis ver ha sido un poco larga. Pero que como habréis visto no da miedo, solo está ambientada en Halloween. Pues os comunicamos que continua y que posiblemente sigue siendo así de larga ^^. Y para hacerlo más divertido, vosotros seréis los encargados de continuar con la historia. Así que se abre la encuesta y podéis votar:
¿Queréis que Valerie vaya a la fiesta (no muy legal) de Sam Hortew? O por el contrario, ¿rechaza la oferta de un presuntuoso Will y se queda en casa?
Adelante y hasta podéis comentar con vuestras razones! De vosotros depende la continuación de la historia :)
Y ya sabéis, si no queréis asustaros al entrar al blog, apagar el sonido! (Pero así no es tan emocionante ^^)
Y ya sabéis, si no queréis asustaros al entrar al blog, apagar el sonido! (Pero así no es tan emocionante ^^)
-P.
De larga nada, si me ha resultado muy entretenida, me encanta que las historias sean así, que sino luego se hacen cortas jajaja
ResponderEliminarQuiero que vaya con Sam sí o sí! Se cuece a historia de amor con él, me gusta que un chico sea insistente cuando ha de serlo :)
Ayer me metí un susto porque en principio no sabía de donde procedía el sonido de Halloween(tenía tantas ventanas abiertas...) y cuando vi que era el vuestro dije ufff xD
Un besazo chicas:D
Estoy de acuerdo con Carolina, a mi me parece que está perfecta.
ResponderEliminarY claro, debe irse con Will, si no no tiene gracia. Además eso de "La historia del jacuzzi" me ha dejado intrigada, pero que fiestas hace ese chico en su casa!! xD
Así que nada, hay que darle a Valerie un pequeño empujoncito no?
Besos!!
Está genial, un pelín capullo el will ese pero está genial.
ResponderEliminarP.D.: ¡Lo encontré! muahjajajajajajaaa
P.D.otra vez: jajajajaaaa
P.D. otra vez, os juro que la última: siento esta parida, lo siento. pero no me arrepiento.
Pues, ¿sábeis que? que a mi me parece que se debe de quedar en casa (y no es por llevar la contraria ajja) Ya sabéis un Hallowen en casa siempre es mejor...Pero pase lo que pase me gustará;)
ResponderEliminarM!
Realmente está currado el aspecto de halloween!
ResponderEliminarMola un montón!
Y bueno, no nos olvidemos de la entrada, me ha encantado :)
Bueno pues nada, me presento como nueva seguidora de tu blog. Agradecería que te pasaras por el mío, acabo de abrirlo y aún lo conoce poca gente...