«There is a time and a place to die.»

14 de noviembre de 2011

Halloween's day (IV)

La casa de los Skyler había intentado venderse muchas veces. Siempre había sido por extranjeros que venidos del pueblo buscaban una residencia donde quedarse. La casa era perfecta y su precio muy bajo en comparación con el gran tamaño de la casa. Pero al oír lo de las muertes, por extraño que pareciese, todos rechazaban la oferta. Y allí estaba Valerie, enfrente de las puertas de la mansión de las Skyler que llevaban escrito con letras grandes y claras: No entréis sino queréis sufrir una muerte lenta y dolorosa. 

No es Halloween si no hay una casa encantada de por medio.
Y Will estaba con ella. Por primera vez desde que Valerie lo conocía, había dejado a un lado su egocentrismo, su idiotez y toda su hipocresía para acompañarla a lo que sin duda era una mala idea. Por otro lado su amigo Michael se había largado sin dudarlo, no por la casa encantada, que también, sino porque la idea de perderse una de las fiestas de Sam era absolutamente descabellada.  
–Te das cuenta de que seguramente no será más que una broma. Posiblemente ni tu hermana esté ahí dentro.
–Es decir que según tú no deberíamos ir.
–Yo no he dicho eso –dijo, y esbozó una pequeña sonrisa– Iremos. Porque pasar la noche en una casa embrujada es una maravillosa idea para Halloween. Y es mucho mejor pasarla en compañía.
La joven probó a llamar con el móvil a su hermana una vez más; sin éxito. Will subió las escaleras del porche y puso las manos en la puerta. Pero estaba cerrada. No todas las casas encantadas tenían las puertas siempre abiertas para que cuando algún inocente chiquillo pasara se cerraran brusca e inexplicablemente. Lo último que vio fue al chico cogiendo una gran piedra antes de que un ruido de cristales al romperse cortara el aire. Valerie se asustó y miró la ventana hecha añicos. Will se asomó calculando la distancia con el suelo y después de hacer un gesto para que la chica le siguiera, entró en la casa. Las manos del joven salieron por la ventana en su ayuda y Valerie las agarró para sujetarse y saltar junto a él.
La casa estaba en oscura, solo iluminada por la luz de las farolas que entraba por la ventana rota. Una pequeña llama del mechero de Will alumbró lo que parecía una cocina blanca.                                        
–Vamos.                                                                                                                                                       De la cocina llegaron hasta un pequeño salón. No tenía polvo ni telarañas en el techo y estaba bastante limpia para ser una casa encantada. Sin embargo, los pocos muebles que había estaban cubiertos de sábanas blancas y los restos de pintadas escarlatas en las paredes todavía eran visibles. Cuando se percató de que veía con menos claridad fue cuando cayó en la cuenta de que la llama ya no alumbraba. Se giró, pero Will no estaba con ella.
–Will –susurró. No hubo respuesta– WILLIAM GALE BLACKWOOD como esto sea una de tus bromas juro que te mataré.
Se arrepintió de haberlo dicho. No parecía una buena idea nombrar a la muerte en aquella casa. Continuó por un estrecho pasillo, donde las pintadas se hacían más grandes. “Will” volvió a decir y se le quebró la voz. El pasillo se hacía más y más largo y Valerie no pudo evitar leer las tenebrosas frases escritas con letras rojas y uniformes en las paredes. 
–¡AHHH!                                                                                                                                                Valerie se giró en redondo cuando unas manos se apoyaron sobre sus hombros y se encontró con unos ojos pardos que la miraban burlones.  Su corazón latía a toda velocidad y unas descargas eléctricas le recorrían todas las terminaciones nerviosas, pero no podía asegurar que fuera solo por el susto.                                                                                                                                                                                     
–Tranquila –dijo él– soy yo.

¡Me has asustado!     
–Esa era la idea –seguía extrañamente divertido Arriba no hay nada. Ni rastro de tu hermana.          
¿Ya has subido?    
Sí, sólo queda el patio.      
¿Donde se ahorcó la niña? preguntó con un susurro. El chico asintió.   
¿Vienes?
Antes de que pudiera contestar, Will comenzó a caminar y la joven no planeaba quedarse sola de nuevo. Le siguió pegada a él para no perderle, dieron unas cuantas vueltas  y finalmente llegaron a su objetivo. El jardín era bastante grande; las malas hierbas se habían adueñado del patio. Había unos columpios y un gran cobertizo, que incluso podría ser más grande que el salón. Era como una película de terror y aunque probablemente sonaba muy inverosímil, Valerie juraría que los columpios se movían de un lado otro, balanceándose.                             
Aquí fue donde se ahorcó la niña repitió Valerie un poco asustada. Seguía al chico, que bajaba las escaleras que daban al jardín y observaba a su alrededor con aire investigador.                               
–Ya lo has dicho.                                                                                                                              
Creía que valía la pena repetirlo dijo, pero Will no le prestaba atención.          
–Shh… calla. ¿Lo oyes?                                                                                                             
¿El qué?                                                                                                                                               
Escucha.                                                                                                                                            
El chico cruzó el gran jardín hasta el cobertizo y abrió las puertas de par en par. Valerie no cabía en su asombro y Will, bueno, Will había visto muchas cosas en su corta vida como para poder sorprenderse.



PD: Sabemos que hace mucho que fue Halloween, pero con imaginación podéis pensar que todavía estamos en el 31 de octubre :) Y siempre podéis hacer vuestras conjeturas de lo que han encontrado Valerie y Will en el cobertizo.
Bueno, Paula ha hecho el final y ha sido más largo de lo que creía así que para no leerlo todo rápidamente (y también para mayor suspense) lo hemos dividido en dos y la última parte será publicada otro día. Esperamos que os guste.
 No tenemos mucho tiempo porque ahora empiezan los exámenes pero prometemos pasarnos por vuestros blogs y comentaros. Un beso muy grande ;)
-P&C.

1 comentario:

  1. Mecagüen diez, ¿cuánto duran vuestras noches?
    Por cierto está LOLástico

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Misses Roux están encantadas de que te pases por su pequeña Nueva York y escribas lo que piensas, una sonrisa les quitas. (Todo spam será eliminado)