Caminé un largo rato hasta que lo vi. Estaba sentado en un banco justo en frente del lago de Central Park. Tenía un trozo de pan en la mano y, a veces, lo lanzaba haciendo que el camino se llenara de pequeñas miguitas que no pasaban desapercibidas para los patos. A su lado había una americana negra y un periódico salpicado por gotas de café o chocolate sobre el que había apoyado un vaso. Tenía la mitad de su camisa por fuera y los primeros botones se le habían desabrochado. El pelo se le revolvía al viento, y debido al frío que auguraba el invierno, se le habían sonrosado las mejillas.
Rebuscó algo en su chaqueta. Sacó un paquete de cigarrillos con las manos trémulas y después se golpeó los bolsillos de los pantalones con un sonido seco. Cogió el mechero del lado derecho y encendió un cigarro; se lo metió en la boca y aspiró fuertemente. Soltó el humo mientras alzaba la cabeza y contemplaba el cielo gris. Parecía triste.
Noté que una gota recorrió mi brazo; y en poco tiempo ya se habían formado los primeros charcos. Los patos se habían escondido debajo del puente y la gente corría a refugiarse debajo de algún toldo. Me estaba empapando pero quería ver lo que iba a hacer él. A nuestro alrededor la gente había desaparecido, pero parecía no darse cuenta. Entonces cogió el periódico y se lo puso bajo el brazo, derramando todo el café sobre el banco que pronto desapareció esparciéndose por el suelo. Se colocó la americana por encima del hombro sujetándola con un dedo. Sonreí. Eso me recordaba a las pasarelas de moda, los hombres que desfilaban siempre se ponían la chaqueta de ese modo. Se fue lentamente y cuando yo me iba a girar para hacer lo mismo se paró. Se dio la vuelta y me miró.
O.O preciosoo^^
ResponderEliminarM ;)
Creo que mientras lo leía he podido sentir la lluvia...
ResponderEliminarCási puedo imaginar esos ojos sobre mí...
Precioso, sencillamente precioso.