Respiré profundamente y mi pecho se llenó de las luces de la
noche. Bajo mis pies los edificios brillaban intentando destacar entre las
sombras, pero siendo eclipsados por la gran reina Eiffel. Allí, en la azotea
más antigua de París, contemplaba como los árboles desnudos del invierno se
erguían e intentaban alcanzar el final con sus ramas quebradizas,
oprimidos por el halo rosáceo que se cernía sobre la ciudad. El viento
suspiraba delicado los rizos de mi pelo y el frío insinuante besaba mis brazos
y se colaba entre los dobles de mi vestido. Me descalcé y aparté los zapatos
rojos a un lado. La luna me miraba divertida, desafiándome y sugiriendo mi
nimiedad. Apoyé un pie sobre el borde del abismo y después el otro. Vanidosa la
luz blanca dejó entrever su sonrisa maliciosa.
La adrenalina se apoderó de mis venas cuando mis ojos se
percataron de la altura a la que me alzaba, aunque insuficiente al cielo. La
bóveda celeste resplandecía y susurraba mi nombre. Quería alcanzarlo,
atendiendo a sus provocaciones. Alcé los brazos a la noche. Volar pensé. Tan sólo volar. Mis pies se movieron
hasta el límite sintiendo el vacío al que me sumía. Vehemente, salté. Y
ascendí. Subí hasta el cielo y me aferré a sus resquicios. Di vueltas a la
Tierra, toqué los grandes anillos y mordí la apagada luna.
Pero al igual que la manzana, caí. Arañé la cúpula estelar
queriendo regresar y volver a sentir el calor de Apolo. Me convertí en estrella
fugaz descendiendo al mundo mortal. Sentía el viento contra mi cuerpo, frenando
mi caída pero incapaz de impedirla. Cerré los ojos mientras seguía siendo
tragada por la oscuridad. Y al instante los abrí contemplando el blanco del
día.
Estaba allí otra vez, en la gran azotea, pero ya no era la luna la
que se burlaba desde su trono sino que había sido sustituida por su eterno
amante. De repente me percaté de que mis manos resplandecían en el amanecer. Polvo
de estrellas brillaba bajo mis uñas.
Hoy Carol cumple años y nos ha dejado este texto para celebrarlo.
Cada día os superáis más chicas.
ResponderEliminarNo dejéis de escribir porque sería una pena.
Un besazo a las dos :)
Está genial, me gusta mucho todo, en especial todo. ¡Seguid así!
ResponderEliminarNo tienes que dar las gracias, ya que es lo menos que puedo hacer :)
ResponderEliminar¿Así jajaja? ¿Quién?
Un beso nena!