Nuestros
cañones dispararon intentando vencer al enemigo a pesar de que aquella batalla
ya estaba más que perdida. Ahí se encontraban la mitad de los marineros,
todavía fieles y leales a las órdenes de su capitán, resistiendo como podían al
maldito navío que los había pillado desprevenidos. La otra mitad estaba formada por los cuerpos inertes que yacían en la cubierta y los navegantes que corrían de
un lado a otro farfullando maldiciones, los que saltaban a la mar, se arrodillaban para rezar por un milagro o gimoteaban solicitando clemencia. Y luego estaba yo, con una herida formando ríos de sangre que recorrían mi brazo, y todavía no había optado entre rendirme
o luchar. Mientras tanto los tripulantes del barco enemigo ya habían saltado al
nuestro y desenvainaban sus espadas con estridentes sonidos que cortaban el
viento y también unas cuantas cabezas. Cogí mi espada y después de tomar la decisión
de aguantar un poco más, alguien me golpeó por detrás. No tuve
tiempo de poner a prueba mi resistencia en combate porque me empujaron y caí
por la borda.
Y
descendí poco a poco mientras el agua salada se introducía en mis pulmones.
Miré arriba, donde el sol era un diminuto punto de luz difuminado e intenté con
todas mis fuerzas salir al exterior, llegar a la superficie. Pero fui incapaz. Y cuando mi corazón estaba a punto de exhalar su último latido, ella
apareció ante mí. Algo imposible porque cuando yo me marché a esta absurda
guerra la había dejado sana y salva en casa. Por eso no tenía ningún sentido
que estuviese delante de mí convertida en una ninfa del mar, así que me había vuelto
loco o peor, ya estaba muerto. Pero cuando me tendió la mano y movió sus tiernos labios formando un sígueme, yo la
agarré fuertemente sin vacilar y me dejé llevar hacia las oscuras
profundidades.
Porque estaba seguro de que el lugar al que me llevaría era
mejor que el infierno que se desataba arriba.
Paula os presenta luces de noviembre (próximamente)
Paula os presenta luces de noviembre (próximamente)
¿Una sirena? ¿Un extraterrestre? ¡No! Es ELLA :)
ResponderEliminarPrecioso relato. Y es cierto que la realidad es un infierno en comparación :)
Saludiness!
¡Qué escalofrío tan formidable he sentido en un momento!
ResponderEliminar"Porque estaba seguro de que el lugar al que me llevaría era mejor que el infierno que se desataba arriba." Me he enamorado de esa frase.
ResponderEliminarNo sé porqué, pero al leer la entrada me ha venido a la cabeza una de las escenas de la última película de Piratas del Caribe xD La verdad es que me ha encantado :) No me esperaba para nada ese final tan dulce. Además, tenéis una manera de narrar tan ligera y melódica... Es como si me meciera con vuestros personajes.
¡Un beso, guapas! :)